jueves, 7 de octubre de 2010

Vargas Llosa sí. ¿Y Ferrer?


Los ganadores en las distintas disciplinas del Premio Nobel se van goteando. Primero fueron los de Física, Química y Medicina. Hoy le ha tocado el turno al de Literatura y mañana conoceremos quién gana el de la Paz. El último, el correspondiente a las Ciencias Económicas, llegará el día 11.

El motivo principal por el que le han otorgado el premio al hispano-peruano Mario Vargas Llosa es “su cartografía de las estructuras de poder y de sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, la rebelión, y la derrota", según palabras textuales de los miembros de la Fundación Nobel al anunciar el galardón. El escritor, sorprendido. No por esta explicación, sino por lo que ha tardado en producirse tan importante distinción. Después de décadas regalando buenas novelas, obras teatrales, ensayos y luchando en la política por las ideas liberales, su nombre ni siquiera aparecía en las listas de candidatos desde hacía años. Ahora, por fin, su retrato del Perú más popular y de los anhelos de millones de personas en el mundo hispano han sido reconocidos.

Como decíamos antes, la resistencia del individuo y la derrota han estado muy presentes en su obra. La segunda casi siempre ha sido el resultado de la primera. En sus páginas y en su vida política. Se presentó en dos ocasiones a las elecciones presidenciales de su país, en 1988 y en 1990, y en ambas su partido (Frente Democrático) salió derrotado. En ningún momento dejó las letras y buena muestra de ello es que recibió premios como el Príncipe de Asturias en 1986, el Planeta en 1933 y el Cervantes un año después. En su carrera ha habido muchos más, y por eso le hacía falta el Nobel. El “¡por fin!” es una de las expresiones más escuchadas y leídas en el día de hoy respecto a este tema.




Después de la literatura podría llegar a nuestro país el Nobel de la Paz. La Fundación Vicente Ferrer opta al premio por su dilatada labor de desarrollo en Anantapur, una de las zonas más desfavorecidas de la India. Su fundador falleció el año pasado y puede que incluso ahora tenga más reconocimiento su ayuda a los más pobres. Desde que este barcelonés llegó en 1952 al país asiático solo pensó en colaborar. Lo consiguió y la ONG que lleva su nombre lo seguirá haciendo. Es una buena razón para otorgarles el Nobel; en mi opinión, estaría más justificado que el entregado la pasada edición a Barack H. Obama. Mañana veremos si, al igual que en el caso de Vargas Llosa, los años de buen trabajo al final merecen la pena.

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