jueves, 13 de enero de 2011

El Sáhara no tiene aniversarios


Esta semana Haití ha vuelto a estar en los periódicos y en las televisiones, un año después del terremoto que asoló el país aún más de lo que ya estaba. Existen muchos otros problemas de una punta a otra del planeta, sería complicado reservar un hueco a todos y por eso prefiero sacar a la luz de nuevo el del Sáhara Occidental. Algo fácil de comprender ocurre al noreste de África que diferencia sus problemas y cómo los tratamos a los de otras zonas del mundo.

Un terremoto no es culpa de nadie. Sí se pueden buscar responsables en cuanto a las condiciones de vida de los haitianos, sobre todo en lo que a gobierno propio y ayudas internacionales se refiere, pero sería sacar un tema conflictivo que enviaría a un segundo plano lo realmente importante, la situación de la gente de a pie. En el Sáhara sí hay responsables, no es producto de una catástrofe natural así que hablar de ello supone en la mayoría de las ocasiones ponerse de un lado u otro en el conflicto. Un edificio derrumbado se puede volver a levantar y en él volver a vivir gente, aunque tarde años. Pero el olvido saharaui llegó a la opinión pública internacional y, sobre todo, a la opinión de la clase dirigente española hace más de 30 años y no tiene intención de enmendarse. Aún así no está de más recordar de vez en cuando cómo se vive en un territorio que nadie quiere pero al cual tampoco están dispuestos a reconocer su identidad, cómo se vive en un territorio abandonado, cómo se vive en lugar sin nubes.

El reportaje enlazado es de hace casi un mes, pero sirve también para hoy, y para mañana, y seguramente y por desgracia para dentro de otro mes. Recomiendo leerlo con calma y sin perder detalle de lo que dicen los propios saharauis sobre su día a día. Pensemos. Ellos no esperan que a la mañana siguiente tengan más ayudas de lo habitual porque un dibujante famoso recuerde en un periódico a diario que existen, ni por tratarse de un aniversario. Allí no hay, han perdido la cuenta.





lunes, 10 de enero de 2011

No es la noticia


Lunes cargadito, informativamente hablando
. Todo comenzaba antes de las 12 del mediodía en Twitter, donde el rumor sobre un posible anuncio de tregua permanente de ETA ocupaba caracteres y se trasladaba al resto de redes sociales y, después, a los medios de comunicación. Otra vez se han vuelto a adelantar. Eso ha empañado un poco el tema del día, ese que se viene fraguando desde hace semanas e incluso meses en las redacciones de los medios y en las cabezas de los aficionados al fútbol, la entrega del Balón de Oro al mejor jugador del año 2010. Pocos quedamos satisfechos en ambos casos. En el primero, una tregua “verificable” no es lo que esperamos. En el segundo, que Messi se haya alzado con el premio no es lo que esperábamos.

Tal y como ha dicho el vicepresidente y portavoz del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, en su comparecencia ante la prensa, el alto el fuego de la banda terrorista no es lo que la ciudadanía espera. Puede ser un avance, pero muy relativo y plagado de condiciones. Todos coinciden en que es insuficiente, en que no es válido mientras no se pronuncie la palabra disolución. En el comunicado sí aparece el término diálogo, con el que la experiencia nos demuestra que hay que tener especial cuidado. ETA asegura que la solución al conflicto político vasco “llegará a través de un proceso democrático que tenga la voluntad del Pueblo Vasco como máxima referencia y el diálogo y la negociación como instrumentos.” Sus herramientas siempre han sido las armas y, siempre y cuando no se decidan a abandonarlas, en cualquier momento pueden volver a utilizarlas. Por eso no son del todo fiables. Han perdido fuerza, eso está claro, pero no están acabados y a eso se aferran para intentar remover el sentimiento nacionalista e independentista vasco.

Los jefes de ETA anuncian el alto el fuego

Hace unos meses leí “Hijos del árbol milenario”, de María Jesús Orbegozo, un libro especial que me regaló alguien también muy especial con una dedicatoria que no lo es menos. Habla de las familias vascas, de ETA, de cómo se fraguó, de contra quién luchaban en sus inicios y por qué siguió adelante cuando la mayoría creían que se iba a disolver. Pero no es la historia que nos suelen enseñar, sino la de los propios miembros de la banda, los jóvenes y sus familias que con el corazón en un puño veían cómo se exiliaban a Francia para huir y, sobre todo, para esperar. Han pasado muchos años, demasiados quizás, y ETA sigue ahí. En aquel año 1978 pudo acabarse todo, pero no fue así y más de treinta años después el deseo de luchar con armas por la independencia continúa en la mente de no pocos vascos. Seguramente me falten conocimientos sobre el tema para profundizar más en él, por eso voy a dejarlo ya antes de decir algo que no sea del todo cierto. En cualquier caso, lo que sí sé es que las consecuencias de la lucha de ETA no han sido precisamente buenas y la única noticia que esperamos es la de su disolución.

Y dejando de lado la política y el terrorismo nos centramos ahora en el deporte, el otro protagonista del día. Este 10 de enero de 2010 estaba marcado en el calendario en rojo, pero en rojo chillón. Los aficionados al fútbol, al deporte en general y todos los españoles queríamos ver cómo se reconocía a uno de nuestros jugadores por lo que el grupo de “La Roja” consiguió el pasado 11 de julio. Andrés Iniesta y Xavi Hernández optaban junto a Lionel Messi a alzarse con el Balón de Oro. El argentino ya lo ganó el año pasado pero su gran temporada con el Barça le hizo meterse entre los tres finalistas una edición más. Ganó la Liga y la Supercopa de España, al igual que sus dos compañeros de equipo y hoy rivales en la gala de Zurich. Solamente había una pequeña gran diferencia entre él y los otros dos: Xavi e Iniesta ganaron el Mundial de Selecciones de Sudáfrica, un torneo que solía influir mucho en el voto pero que este año parece haberse olvidado. Messi es bueno, muy bueno, para muchos el mejor jugador de todos los tiempos, aunque en mi opinión aún es pronto para asegurar eso. Pero la selección argentina entró trastabillada en el Mundial y se fue de él goleada; Leo no marcó ningún gol. En cambio Xavi generó todo el juego de España, fue el jefe. Iniesta le ayudó, como siempre, y además marcó el gol más importante en la historia de nuestra selección hasta el momento. No sabemos si podrán repetir una actuación como la que llevaron a cabo en Sudáfrica. Calidad tienen, sin duda, pero la jubilación llega siempre pronto al fútbol y éste no siempre es justo con quienes se lo merecen; quizás dentro de algo menos de cuatro años ya no puedan ganar lo que ganaron en 2010. El fútbol español merecía hoy un reconocimiento superior a una fotografía de once jugadores en los que seis visten de rojo. Messi es muy bueno, repito, pero no es lo que esperábamos.


Messi y Marta, nombrados los mejores del 2010

Sin duda las dos grandes noticias del día hacen que corran ríos de tinta (por cierto, deberíamos inventar una expresión que signifique lo mismo que esta pero adaptada a los nuevos tiempos). Y como siempre ocurre hay otras en el fondo, ahí escondidas, menos importantes porque nosotros lo queremos así. Una mujer ha ganado el premio de la FIFA a la mejor jugadora de fútbol por quinta vez consecutiva, Amancio Ortega abandona el timón de Inditex, Túnez continúa en alerta por los graves conflictos que se sufren en sus calles, en fin, cosas que siguen pasando y que en pocos casos son las que nos gustaría escuchar.