jueves, 9 de septiembre de 2010

Conquista bailando


Ese muñequito blanco que muestra los movimientos de un hombre de negro te enseñará a ligar. Sí, así es. Pero ya te digo yo que, para mí, tiene más gracia el mal bailador, como lo denominan en este artículo de elpais.es.



En una universidad del Reino Unido (Northumbria) han llegado a la conclusión de que, observando a nada más y nada menos que 19 hombres, los movimientos violentos de cuello, rodilla y muñeca son los que más llaman la atención de las mujeres. Según los psicólogos que han realizado el estudio, ese tipo de coreografía muestra la buena salud, la fuerza y la alta calidad reproductiva del hombre en cuestión. El otro es soso, la verdad, pero no por ello menos gracioso. En televisión también lo han comentado, concretamente en el programa Sé lo que hicisteis, donde al muñeco que no liga bailando le han dicho que iba pisando huevos y que estaba buscando sus llaves en el suelo. Cierto es. Pero ese seguro que se cansa menos y aguanta hasta el final de la verbena, además de llevar un ritmo totalmente acorde a “El cha-ca-cha del tren” y “Viva el pasodoble”.



A mí, como ya he dicho, me parece más salao el malo. Una de las razones es que, cuando estás en grupo en un sitio donde hay mucha gente, el que baila bien molesta: da codazos, rodillazos, collejas involuntarias al del grupo de detrás...¡Un engorro, vamos! El otro necesita media discoteca/Plaza de España para llevar a cabo su coreografía, pero nadie se enterará de que está ahí. Todo dependerá, por supuesto, del tipo de música que suene en cada sitio. Yo no generalizaría diciendo que uno liga más que otro. Nuestros amigos de Northumbria se sentirían orgullosos de su investigación en sitios como Pacha o Agualoca (qué tiempos). Pero si nos los llevamos de feria la semana que viene se tirarían de los pelos porque no habrían atinado.

Opinen ustedes, señoras lectoras. Y para los del sexo opuesto, elijan su estilo favorito y comiencen a practicar.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Tristes


En una perfecta combinación de poesía y música se interpretan más que nunca las letras de las canciones. Eso ocurrió el pasado sábado, cuando el dúo Evoéh actuó en la Gala Literaria de Villafranca de los Caballeros. La iluminación, la disposición del mobiliario en el escenario, la presencia de un grupo totalmente desconocido por todos los asistentes... Todo ello hacía presagiar una estancia más bien corta en el auditorio. Pero no fue así.

El tema central de su repertorio lo compusieron las canciones basadas en poemas de Miguel Hernández, homenajeando de esta forma al escritor en el centenario de su nacimiento. Antes de ellas, otras composiciones más o menos conocidas que iban modificando las sensaciones iniciales del público. Y, personalmente, llegó un momento en el que decidí que me gusta este grupo, que hacen una música totalmente distinta a la que estamos acostumbrados a escuchar en los mp3 y en las emisoras de radio, y que de unos “antiguos” versos, por cortos que sean, salen canciones con mucho más sentido que el que encontramos en los doce temas de cualquier disco de oro o de platino.

La guerra marcó la corta vida de Miguel Hernández, y también su obra. Clara muestra de ello es el poema hecho canción del que hablaba antes. En este caso no hay música, pero si alguna conclusión sacamos los asistentes a la gala es que lo importante son las palabras.


Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.

Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Veo, veo...



- ¿Qué ves?

- Todo lo visible.

La gente, lo que emiten en televisión, el gesto del que está a tres metros de distancia, las señales de tráfico....Lo normal, ¿no? Y parece que veo con más claridad algo que ya era evidente para mis ojos o para los de todos aquellos que se hayan salido alguna vez al batiente desde el pasado 8 de julio. Casi dos meses de ausencia, con cosas que contar pero sin llegar a hacerlo. Mejor pensemos que lo bueno de Internet es que siempre está ahí, esperando a que tus ojos y, sobre todo, tu mente escritora vean la luz.

En este tiempo las palabras no han parado; lo único es que se han trasladado a otro sitio en busca de un poco de suerte. El jurado decidirá. Y mientras tanto daremos un poco de vida a este rincón. Podría excusarme diciendo que la hazaña futbolística de la selección española merecía que yo dejase la bandera bien visible durante mucho, mucho tiempo. Podría ser. La verdad es que casi sin quererlo les he hecho mi particular homenaje. Eso sí, quienes siguen con las banderas en sus balcones me superan, aunque estén más descoloridas que la mía.

Ahora no toca hablar de fútbol, ni de pisos en venta o alquiler. Ya es septiembre y eso significa dos cosas, dependiendo de quién hablemos. Puede significar solamente la vuelta al cole o al trabajo después de las vacaciones. Sí, lo es, aunque solamente para aquellos que tengan la suerte de haber tenido vacaciones. Pero este mes supone algo más para los que somos de Villafranca de los Caballeros. Es el turno de la Feria, de las verbenas, de los pocetes, de la las interminables páginas de saludas, de cañas con pincho o, mejor dicho, de pincho con cañas. Y como antesala de todo eso, los Carros, aunque también llamada Tradicional Petición de Carros en Honor al Stmo. Cristo de Santa Ana. Petición, cada vez menos. Tractores y remolques, cada vez más.

Justo dentro de una semana el chupinazo estará retumbando en nuestro oídos. Significará que comienzan oficialmente las fiestas, pero también que queda muy poco para que se acaben. Una larga semana que seguro se hará corta y, como siempre, de la que extraer un montón de recuerdos y anécdotas para plasmar en El Batiente.