jueves, 21 de julio de 2011

Otro "pequeño" horror


¿Alguna vez conoceremos todo lo que hicieron los nazis para intentar exterminar a los judíos? Habrá quienes sean expertos en el tema y ya sepan de memoria las cifras, los nombres, los lugares, los métodos... Pero el resto de personas, a los que sabemos sólo lo que nos han enseñado y, a partir de ahí, queremos conocer por nuestra cuenta, todavía nos estremecemos al descubrir nuevas operaciones de limpieza realizadas por los alemanes y sus amigos en Europa. La última para mí, la redada del Velódromo de Invierno en París en julio de 1942.






El culpable del descubrimiento es un libro, uno de tantos y tantos en cuyas portadas aparecen más o menos escondidas las esvásticas y las estrellas amarillas. Los hay por todas partes, pero es que no pasan de moda. Los testimonios directos se están acabando pero durante los últimos setenta años se ha recopilado tal cantidad de información que será suficiente para alimentar el conocimiento de muchas generaciones. Si, además, se mezcla con ficción, ingerirla es mucho más fácil.

En “La llave de Sarah”, Tatiana de Rosnay utiliza lo que ocurrió en París ese verano para contar la historia de una niña judía que lucha por sobrevivir a la muerte tras la redada mientras, sesenta años después, una periodista investiga lo ocurrido para escribir un artículo. Yo no sabía nada de ese episodio, seguramente la inmensa mayoría de la gente lo desconoce. Ha sido durante muchas décadas, como se suele decir, un tema tabú. La implicación de la policía francesa, encargada de sacar de sus casas a cerca de 13.000 judíos y reunirlos en el velódromo, es un asunto de vergüenza nacional de esos que, aunque sus ejecutores hayan fallecido, supone una sensación de culpabilidad por haber aportado un granito de arena a la Solución Final.

Con media hora de búsqueda en Internet surgen más libros, artículos, fotografías de placas de reconocimiento y películas. Conviene darse un paseo por la Red para conocer un poco más de nuestra historia y así aprender de los errores. Es un tópico, lo sé, pero sólo conociendo estos pequeños horrores nos damos cuenta de la magnitud del grande.

martes, 19 de julio de 2011

De todo, esto


¡Shhh! Sí, ya lo sé. El caso es volver.

Imaginemos que pasan cinco o seis años y hablamos de hoy, de este mes o de este año con anécdotas, con historias llamativas. Ya tenemos suficiente con las cifras que nos inyectan (y nos inyectamos) a todas horas como para que también las usemos al recordar. Yo he pensado que lo voy a hacer así, con cosas como esta:


Dos artistas exponen obras montadas con puertas de Villacañas

Nadie ha tenido que “echar horas” para fabricar las puertas con las que han hecho estas esculturas. Ya poca gente va y viene a diario a esa localidad toledana; nada que ver con el trasiego de hace cuatro y cinco años. Y precisamente utilizando el recuerdo de lo que allí se fraguó durante la época de máximo esplendor de la construcción en España y, sobre todo, de su consecuencia en el municipio y las localidades vecinas, dos jóvenes licenciados en Bellas Artes han querido entrar de una forma distinta en el tema de la situación económica. Es original, aunque parece que lo crítico ya cansa un poco. Pero es una forma de verlo. Lo obvio, por cansino, no deja de ser obvio.

En la exposición, que se inauguró el pasado 7 de julio y que se podrá visitar hasta el 21 de septiembre en el Espacio Contemporáneo del Archivo de Toledo (ECAT), se aprecian no sólo las obras protagonistas hechas con puertas, sino también numerosas fotografías de Villacañas y páginas de periódicos de distintas zonas de España e incluso del extranjero en las que se ha contado en los últimos años el declive de este mercado y, en general, el de la construcción en todo el país.



El proyecto de estos artistas fue el más valorado de un total de 240 presentados. En su blog han ido contando cómo se les ocurrió la idea, a quiénes han acudido para llevarla a cabo y, como en todo trabajo, qué obstáculos han encontrado en su camino. Pero ya está todo en marcha. Han cumplido su sueño de dar otra visión de lo que ocurre. Y de todo lo que podemos encontrar por el mundo, hoy me quedo con esto.