miércoles, 4 de noviembre de 2009

Libros, películas y una aclaración


Empezaré por el final. La experiencia me dice que es necesario explicar un poco más el título de este recién nacido blog. Sí, habrá quien ya sepa lo que significa, pero la inmensa mayoría de los habitantes de la tierra no tienen ni idea de qué es un batiente, al menos no tal y como lo conocemos los cheleros. Para explicarlo no me basaré en lo que dice la RAE, sino en la definición que recoge el Diccionario Chelero Ilustrado:



“Poyete que hay debajo y/o delante de una puerta. Si está debajo, forma parte del marco de madera de la puerta. Si está delante, sirve para sentarse a tomar el fresco en verano”

La última parte es la que nos resulta más familiar. Y si leemos un ejemplo del contexto habitual en el que se emplea este término, puede que hasta se nos dibuje una sonrisa en la cara: “Me he salío un rato al batiente, a ver quién pasaba”. Sin duda este diccionario es una de las mejores cosas que se han hecho en Villafranca en los últimos años y merece la pena echarle un vistazo. Es el penúltimo libro que me he leído y lo tengo bien a mano para poder consultarlo cuando entra la morriña. Son 184 páginas que ya conocía antes de que se editaran en papel gracias a Internet y a la labor de Eltiocazuela y todos los expertos en vocabulario chelero del foro local. Pero ahora, impreso, adquiere más importancia y espero que lo podamos conservar si al final el paso del tiempo nos hace perder el uso de esas peculiares palabras.



En Youtube encontramos algunos ejemplos:



Y hablando de libros…Ayer acabé “El lector” y se me pasaron por la cabeza otros títulos que he leído y de los que también se han realizado versiones para la gran pantalla. La conclusión que saqué es que todas esas historias pierden calidad al llevarlas al cine. Pasó con “Soldados de Salamina”, “A ciegas” (basada en “Ensayo sobre la ceguera”), “La ciudad de los prodigios”, “Una mente maravillosa”, “El niño con el pijama de rayas” y “El código Da Vinci”. Al menos yo disfruto mucho más una historia cuando la leo, cuando veo que voy avanzando en ella y construyéndome mis propias imágenes enhebrando las descripciones que aparecen página tras página. En el cine se deja mucho menos lugar a la imaginación y se disfruta durante menos tiempo.

Por todo ello no tengo intención de ver la película “El lector” porque prefiero quedarme con la buena sensación que me ha dejado el libro. Pero lo que sí que estaría muy bien sería que alguna vez se realizase un largometraje sobre expresiones de Villafranca. El guión está casi escrito.


martes, 3 de noviembre de 2009

Un sitio para los cotillas


“No sé en qué consiste que soy naturalmente curioso; es un deseo de saberlo todo que nació conmigo, que siento bullir en todas mis venas, y que me obliga más de cuatro veces al día a meterme en rincones excusados por escuchar caprichos ajenos, que luego me proporcionan materia de diversión para aquellos ratos que paso en mi cuarto y a veces en mi cama sin dormir; en ellos recapacito lo que he oído, y río como un loco de los locos que he escuchado.”



Quizá no debería generalizar, pero creo que todos somos como él; todos actuamos más de una vez en nuestra vida como él dijo que actuaba. ¿Que quién es él? Un hombre que hace casi doscientos años, sin blogs ni redes sociales ni multitud de periódicos en los que opinar, ya intentaba reflejar con la escritura cómo eran los tiempos que le tocaron vivir. Se trata de Mariano José de Larra y el fragmento que he elegido para inaugurar este blog forma parte de su artículo “El café”,publicado en febrero de 1828 en El duende satírico del Día.


Alguien dirá que “ayer fue el chasco”, y lleva razón. Pero lo que Larra escribió es totalmente cierto. Los seres humanos somos cotillas por naturaleza y, aunque hoy en día es menos habitual meterse en rincones excusados para escuchar caprichos ajenos, tenemos otras muchas formas de enterarnos de todo. Y nos gusta hacerlo. Yo no voy a ser menos y a mi deseo de conocer lo que pasa a mi alrededor se une la posibilidad de plasmarlo aquí de forma más o menos sencilla.


No quería dejar de lado los orígenes, mis orígenes, y creo que queda claro solamente con ver el título de este sitio: EL BATIENTE. Y la descripción dice el resto: aquí habrá de todo.


De momento estoy sola sentada pero estaría bien que algún que otro lector o lectora se saliera conmigo a la puerta a hablar. Porque, sí, confirmado, somos unos cotillas y quien diga lo contrario miente.