Pretendían algunos que las corridas de toros recibieran la etiqueta de Bien de Interés Cultural. Podemos decir que se abre la veda para que los defensores de cualquier deporte o actividad cultural pidan lo mismo. Lo malo es que estos temas los proponen y los deciden los políticos, personas que más bien deberían estar centradas en solucionar todo lo que no va bien y en mantener lo que hasta ahora es pasable. Por suerte en este caso la petición no ha cruzado las puertas del Senado.
El popular Pío García-Escudero durante su intervención en el Senado |
Los principales argumentos de los populares tienen que ver con la tradición, con la costumbre de celebrar fiestas populares relacionadas con los toros desde tiempos inmemoriales en toda España y con el amparo de la Constitución de 1978, donde se asegura que "es voluntad de la Nación Española proteger a todos los españoles y los pueblos de España en el ejercicio de los Derechos Humanos, sus culturas y tradiciones, sus leyes e instituciones”. Por suerte muchas de nuestras tradiciones y costumbres han pasado a la historia sin ser Bien de Interés Cultural. Y si el toreo no pasa de vender muñequitos del negro animal a los turistas junto a la bailarina flamenca, mucho mejor. Que no es poco cargar de fronteras para afuera con estos tópicos.
Por último querría destacar la empatía del Señor García-Escudero con los toros. ¡Qué gran capacidad para ponerse en la piel del animal! Ha asegurado delante de sus colegas senadores que si él fuera toro de lidia, "preferiría morir en una plaza después de veinte minutos de lucha”. Mucho mejor que morir de viejo, dónde va a parar.
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