miércoles, 21 de marzo de 2012

Racismo de hoy en día


Dos hechos recientes
sirven para dar un par de vueltas a la cabeza y pensar hasta qué punto deseamos a veces defender lo nuestro. El asesinato de judíos en Toulouse y el fallecimiento de un joven negro en EEUU han reabierto el debate. Pero, ¿se ha cerrado alguna vez? Siempre ha habido y habrá racismo porque siempre existirá alguien que piense que esa otra persona distinta en costumbres y apariencia le está quitando lo que le pertenece. Y en estos tiempos en los que los privilegios y comodidades para muchos escasean, ese pensamiento se extiende aún más.

Hay crisis y lo poco que tenemos para repartirnos entre los ciudadanos de clase media debe llegar solamente a manos de quienes lo merecemos, de quienes somos de aquí, porque el resto ha venido para quitárnoslo y eso no se puede tolerar. Suena cruel, pero suena, y mucho. Y hay que dejar constancia de que no todas las personas que piensan de esta manera van a coger una pistola y se van a tomar la justicia por su mano. Pero entre todas ellas seguro que hay alguien que lleva su indignación hasta el extremo. Es el racista de hoy en día pero similar al de toda la vida, el más convencido, el que se cree superior a las minorías y con capacidad y autoridad para hacerles ver que este no es su sitio.



Lo peor de todo es, sin duda, el daño que hacen a las familias de las víctimas y a las comunidades en las que vivían. Pero desde el fondo de esta oleada de intolerancia se asoma la preocupación del resto de los ciudadanos por volver a repetir episodios nefastos de nuestra historia más reciente. Que no se extienda mucho más esa idea de que nos están robando los que no son de aquí. Que no se extienda.