miércoles, 1 de diciembre de 2010

Conocer mundo


Hoy nos vamos de viaje sin levantarnos del batiente. Cogemos un vuelo a Israel y descubrimos cómo viven allí, qué piensan y cómo sería nuestra vida en la mayoría de sus ciudades si mantuviésemos nuestras costumbres e ideas. Es distinto, muy distinto. Y como Internet nos permite ver todo esto de una punta a otra del mundo, vamos a aprovecharlo. Concretamente utilizaremos un blog de elpais.com en el que se analiza el complejo conflicto de Israel y Palestina. Aun estudiándolo cuesta entenderlo, pero con textos como los de Eric González se pueden comprender pequeños aspectos de la vida en esta zona de Oriente Próximo; pequeños, pero básicos.

En el post de hoy de Fronteras Movedizas podemos leer una radiografía periodística sobre la casi nula tolerancia en Israel. Con el paso de los años sabremos si lleva razón, pero mientras tanto podemos ir conociendo cuán diferentes somos.


martes, 30 de noviembre de 2010

Más que “el día después”


Es prácticamente inevitable no hacer referencia al partido de ayer, por mínima que sea. Como siempre ocurre después de los clásicos, hay vencedores y vencidos. Los primeros los son ahora por hacerlo todo bien dentro del campo y por no dejar al rival dar más de dos pases seguidos. Y eso que el juego vertical que los caracteriza necesita pocos toques. Ayer sólo hubo un equipo sobre el césped; pero no porque el otro no quisiera hacer nada, sino porque no le dejaron. Es casi imposible no reconocer el mérito del equipo de Pep Guardiola. Tanganas, posibles penaltis, codazos, peligrosas entradas y cánticos provocadores (o anti-provocadores). Mucho se puede comentar sobre los 93 minutos que duró el partido. Eso si solamente nos centramos en el fútbol, en el deporte, porque desde hace días el circo mediático que se había formado alrededor del encuentro da para decenas de páginas. Pero además de “el día después”, hoy es martes, 30 de noviembre; y pasan cosas.




Entre declaraciones de unos jugadores y noticias sobre las no declaraciones de los otros encontramos más noticias, aunque haya que buscarlas. Hoy, como hemos dicho, es el último día del penúltimo mes del año. Hoy se ha presentado una nueva campaña social para intentar reducir al máximo el número de personas sin hogar. Éste siempre ha sido un colectivo mal visto, marginado simplemente al denominarlos así. Decir “sin techo” podría ser menos negativo pero no contempla el matiz familiar. Estas personas tradicionalmente han sido hombres sin trabajo que no tienen lazos familiares que los ayude o, si los tienen, no han querido beneficiarse de ellos. En ocasiones se ha dado la imagen de personas a las que les gusta la independencia y evitan pedir auxilio ante su situación de soledad y pobreza. Pero las cosas no son del todo así; y si lo eran, han cambiado mucho.

La omnipresente crisis económica tiene en este colectivo otra más de sus consecuencias. Pérdida de empleo, deudas, embargos, rupturas familiares e, inevitablemente, la calle. La recesión comenzó hace casi tres años y desde entonces el número de personas sin hogar o sin techo ha aumentado vertiginosamente. Pasan el verano, el otoño y la primavera a la intemperie, pero ahora que ha llegado el frío y el invierno está a punto de comenzar se les saca a la palestra, siempre y cuando la actualidad futbolística les deje un hueco. El caso es que entre 26.000 y 30.000 personas sufren esta situación en nuestro país. “Nadie sin derechos. Nadie sin hogar”, esa es la intención para 2015, meta realmente complicada viendo la evolución de la economía nacional y las cuestionables acciones de la Administración para reducir gastos.

Al lado de un indigente trabajan tres personas. Están colocando metros y metros de luces navideñas a lo largo de toda la plaza. Durante mes y medio lucirán y aumentarán la factura municipal. ¿Necesario? ¿Si no las colocan alguien se olvidará de que es Navidad? No. Si no las colocan y emplean ese dinero en dar comida durante el día de Nochebuena a tantos sin techo como puedan, ¿alguien se olvidará de que es Navidad? Tampoco. Pero el resto son más importantes, los que cruzan esa plaza con las bolsas llenas de alimentos para colapsar sus neveras.




En la última entrada hablábamos de pequeños gestos, de que “menos es nada”, pero parece que cuesta más actuar a pequeña escala que a un gran nivel. Por eso veo tan complicado que todas las personas tengamos techo dentro de cinco años y podamos ver los partidos entre Barça y Madrid por encima de los cero grados, vestidos con la camiseta de nuestro equipo.