jueves, 21 de enero de 2010

No al culto al cuerpo


El Senado ya tiene sobre la mesa la nueva Ley Audiovisual. Los anuncios que promuevan la preocupación por la propia imagen no podrán emitirse entre las 6.00 y las 22.00 horas. Entonces, ¿se eliminará cualquier tipo de motivación? Bien es cierto que muchos problemas físicos y psicológicos, sobre todo entre la población joven, están relacionados con los estereotipos que a diario nos muestra la pequeña pantalla. Pero igual que se fomentan en el ámbito publicitario se rechazan en el resto de la programación. ¿Por qué no dejarlos competir?

Todas las personas no tienen la misma forma de asumir un mensaje publicitario. Se puede rechazar por completo, aplicar con los ojos cerrados todo lo que dice o, en un punto intermedio, pensar que puede llevar razón pero que no es vital hacerle caso. Esta última opción es, en mi opinión, la más extendida; y las agencias publicitarias deben saberlo. Sin embargo, su trabajo es tirar la casa por la ventana y solucionar nuestra imagen en un spot de 20 segundos.


Proteger a niños y adolescentes es el principal objetivo de este proyecto de ley. Para conseguirlo una de las medidas será que los anuncios catalogados como perjudiciales deberán emitirse siempre precedidos por un aviso acústico y visual. ¿Cómo será ese aviso? ¿Dará tiempo a esconder a los niños para que no vean un anuncio de Corporación Dermoestética? ¿De verdad aplican las adolescentes el “problema” de celulitis a su cuerpo? Y si lo hacen, ¿hasta que punto no es bueno que sepan que existen formas de eliminarla? Son servicios que pueden reclamar en un futuro y, como todos, tendrán derecho a cuidar su imagen.

En algunas series de televisión y en los propios programas informativos se equilibra la balanza de la preocupación por el físico. No sólo aparecen chicas con la talla 34 ni chicos con perfectos abdominales. Ni mujeres sin una sola arruga y piernas perfectas. Hay de todo en la viña del Señor, como quien dice. Y por eso hay que satisfacer a todos, incluido a los empresarios que quieren llenar su cartera con un aumento de las ventas de sus productos. Siempre y cuando sea realista, si la publicidad es el medio para que lo consigan, están en su derecho de usarla.

miércoles, 20 de enero de 2010

Tomadura de pelo


Creía que ya estaba casi olvidado
pero hace un momento, navegando por la página web del periódico El Mundo, me he dado cuenta de que no es así. Ahora aparece calvo y en una captura de pantalla de photoshop, como si se tratara de Ana Rosa Quintana o Belén Esteban en pleno proceso de tuneado para ser protagonistas de las portadas rosas. ¡Pobre Llamazares!


La semana pasada usaban su cabellera para mostrar a todo el mundo cómo puede ser en la actualidad el aspecto de Bin Laden. Los creadores de esa imagen fueron, como no podía ser de otra manera, los estadounidenses. Y como en la gran potencia mundial son así de cuidadosos y miedosos (no siempre tienen razones para serlo) el antiguo líder de Izquierda Unida ha asegurado que tardará un tiempo en viajar a EEUU. Normal. Si lo hiciera, el control realizado con el escáner corporal sería una broma comparado con lo que le podían llegar a hacer.

El que sí se lo tiene que estar tomando a broma es Osama Bin Laden. No debe haber tardado ni un solo día en pedir a su peluquero que le quite las canas, que le tiña de rubio o, mejor incluso, que le rape al cero.

Llamazares ha escuchado las explicaciones de dos representantes de la embajada estadounidense en España, pero no le han convencido mucho. De hecho, les ha exigido que el FBI realice una investigación a fondo sobre lo ocurrido para depurar responsabilidades o, de lo contrario, asegura que podría emprender acciones legales contra ellos por utilizar su imagen para representar a un terrorista.



Pero, ¿a que no sabéis que los agentes del FBI simplemente hicieron caso a un curso de Photoshop de Youtube? Desde 2008 existe un vídeo colgado en este portal que enseña a eliminar el cabello del político. El creador del vídeo ha asegurado a El Mundo que no sabía de quién era el rostro cuando lo vio en Google. Parece ser que el pelo de Llamazares es ideal para hacer retoques, tanto para añadirlo a otras personas como para borrarlo por completo. En mi opinión, en lugar de pensar que le están tomando el pelo debería compatibilizar su sueldo de diputado con las ganancias por los derechos de imagen.

martes, 19 de enero de 2010

¡Ya era hora!


Han pasado quince días desde la última vez que nos salimos al fresco. Esta tardanza la han provocado básicamente dos cosas: los fallos de las nuevas tecnologías (ya no tan nuevas) y la desconexión causada por los últimos coletazos de la Navidad. Con la llegada de los Reyes Magos no acabaron las vacaciones, ni mucho menos. Aún quedaban unos días para disfrutar y había que aprovecharlos, aunque la nieve y los chupones intentaran impedirlo.

Vivimos el tercer temporal de nieve y frío, mucho frío. De hecho, parecía que podía dejarnos en casa cuando teníamos planeada una visita a la capital castellano manchega. La ciudad imperial nos estaba esperando desde hacía unos meses y no le podíamos fallar. Además, teníamos techo, cama y unos buenos anfitriones, así que allí nos dirigimos, disfrutando de las blancas llanuras que nos saludaban a uno y otro lado de la carretera. Ya en nuestro destino pasó casi de todo porque cuando se unen personas tan intrépidas como nosotros hay que estar bien preparados, tanto en el 5º piso como en el -2...

En general ha empezado bien el año, aunque ha faltado alguna cosilla para que el comienzo sea casi perfecto. Supongo que no hay que perder la esperanza y también puede ser cierto eso de que “más vale tarde que nunca”, pero hasta que llegue lo que buscamos la paciencia deberá ser la que esté más presente.

Muchas otras cosas han pasado, destacando entre todas ellas el terremoto que hace ya una semana sacudió Haití y que aún hoy sigue abriendo informativos de radio y televisión y llenando las portadas de los periódicos de todo el mundo. No es para menos. Eso es así ahora pero, como ha sucedido con otras catástrofes, con el paso de las semanas quienes vivimos fuera del territorio afectado acabaremos por olvidar el hecho en sí y a todos aquellos que lo han sufrido. Poco se puede comentar aquí que no se haya dicho ya en los medios o en cualquier conversación entre ciudadanos de a pie.

La vida debe seguir, la rutina debe volver. Y así será, esperando que cambie pronto.