jueves, 17 de noviembre de 2011

Adiós, José Luis



Siete años son muchos
. Desde que llegó a lo más alto de la política española en 2004, José Luis Rodríguez Zapatero ha hecho muchas cosas. Pero sin duda pasará a la historia por dos en concreto: la foto con sus hijas al lado de Barack Obama y el contagio y gestión de la recesión/crisis/estancamiento económico por todos los lugares y sectores del país.


Cuando se estudie su caso en los libros de historia de España será una de esas lecciones con excepción. “José Luis Rodríguez Zapatero, del PSOE, gobernó durante dos legislaturas”. Automáticamente los alumnos podrían pensar: ya está, 8 años. ¡Pues no!, fueron 7 años y 8 meses, más o menos. Aunque le podíamos quitar uno, porque es cierto que este último mes de su etapa en La Moncloa está lleno de interrogantes sobre su paradero. No aparece por ningún lado y, cuando lo hace, causa sensación. Su fiel Alfredo Rodríguez Perez Rubalcaba, como lo llama amistosamente Rajoy, le dio un culazo antes incluso de presentarse como candidato y lo mandó a la trastienda del PSOE y del panorama político en general. Pobre hombre.

Ya debe tener las maletas hechas. Sólo falta cerrarlas y, ya está, a hacer limpieza general en la casa para que todo esté al gusto del próximo inquilino. ¿Qué pensará él? ¿Confiará en la remontada de su partido en estos últimos días de campaña o dará por hecho que su rival en las dos últimas elecciones conseguirá por fin su sueño de vivir allí? Creo que el propio Rajoy debe tener gran parte de culpa en el adelanto de las comicios. Lo imagino llamando a José Luis: “Soy Mariano, buenas tardes. Anda, hazme el favor de acortar un poco la espera. Mi mujer y yo llevamos ocho años intentando instalarnos allí y no hay manera, a ver si ahora puede ser. A ti que más te da, si no vas a hacer ya nada en claro. Gracias tío, un saludo y un placer.”
 
Si Zapatero tiene un cuadro de José Bono en el salón (algo que me parecería muy apropiado), creo que lo va a dejar ahí con la esperanza de que sea Alfredo el que abra la puerta y diga: “¡Ya estamos en casa!”. Y si no, que lo deje también. No creo que a Mariano le moleste demasiado después de verlo durante tanto tiempo poniendo orden en el Hemiciclo. Así, de paso, José Luis le dejará un recadito para que no se olvide de él al menos durante los próximos cuatro años y pueda contar a sus nietos que él fue el que gobernó después de Zapatero, el de la crisis y el de las hijas góticas amigas de Obama. Bueno, y el de ETA.


Porque la gran y solitaria victoria conseguida en la etapa de José Luis es sin duda el fin de la violencia de ETA, culmen a casi ocho años en los que los atentados y la actividad en general de la banda terrorista han sido por suerte escasos. Es como ganar la Champions League el mismo año en el que desciendes a Segunda. Dejas al equipo y a la afición con la difícil tarea de salir del infierno pero con el trofeo de la paz en la vitrina, bien colocadito, reluciente.