lunes, 22 de febrero de 2010

Servirá de excusa



“No soy vaga, es que quiero aprender”. Esta sería una buena forma de justificarte cuando te digan: “¡Ya se ve!” Si con esa respuesta quien te lo diga no te entiende, dile que tu cerebro necesita descansar mientras duermes para así estar preparado y seguir aprendiendo cuando despiertes. Es lo que asegura un científico de la Universidad de California, así que si encima les das este dato quedarás bien y podrás echarte la siesta tranquilamente. Te servirá de excusa y, a la vez, te ayudará a adquirir conocimientos al día siguiente más fácilmente que si duermes poco o te pasas la noche en vela. ¿Será por eso por lo que siempre nos han dicho que no está bien sanochar?

En estas imágenes del cerebro se observa la respuesta de la amígdala de personas que han dormido normalmente una noche (en verde) y de personas que realizan la misma actividad mental tras 35 horas sin dormir (en rojo)- MATTHEW WALKER.

El responsable del trabajo que confirma estar teoría, Matthew Walker, compara el trabajo del cerebro durante el sueño con el de una cuenta de correo electrónico llena. En ella no pueden entrar nuevos recuerdos hasta que se limpien los menos válidos. Después de las correspondientes horas de sueño el hipocampo estará listo para albergar nuevos conocimientos. Esto lo ha corroborado Walker mediante un estudio a 39 jóvenes a los que sometía a un determinado aprendizaje, algunos tras dormir la siesta y otros no. De ellos, los que descansaron mejoraron su capacidad para aprender. ¡Junto con la fregona, el mejor invento español!

Con los datos de este estudio surgen nuevas preguntas, como por ejemplo si, por regla general, es por eso por lo que los ancianos duermen menos horas que los bebés. Pero también Walker ha resuelto dudas. Ya se sabe en qué fase del sueño el cerebro hace sábado para estar listo después del descanso: es en la fase 2 del no-REM, es decir, durante la mitad del tiempo que pasamos durmiendo.

Justo el pasado sábado emitieron un reportaje sobre el cerebro humano en Informe Semanal. Veía asombrada la gran actividad que se genera dentro de nuestra cabeza con cualquier movimiento o pensamiento que realicemos. Decían que lo importante no es el número de neuronas que tengamos sino la fuerza y la cantidad de conexiones que existan entre ellas. Lo relacionaban, sobre todo, con la enfermedad del Alzheimer y los problemas de almacenamiento y conservación de los recuerdos. Poco a poco se van conociendo más detalles y más datos que explican el comportamiento natural y autónomo de nuestro cerebro. Mientras encuentran una cura para que mantengamos la memoria fresca lo único que podemos hacer es dormir, dormir mucho. Tenemos excusa.

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