lunes, 9 de noviembre de 2009

El otro muro


¿Por qué nadie mira más allá de Berlín? Programas especiales, reportajes con testimonios repetidos hasta la saciedad, conexiones en directo sobre la señal que muestra por dónde pasaba el muro, viaje de presidentes y muchas otras personalidades relevantes a nivel mundial…. A todos ellos se les olvida que el famoso muro que dividió esa ciudad alemana no ha sido el único de la vergüenza, ni el único de la represión. Hay otros mucho más grandes que quizá por el simple hecho de no levantarse sobre territorio europeo pasan automáticamente a la sombra.


Mientras todas las miradas se centran en el vigésimo aniversario de la caída del berlinés, yo prefiero mirar el marroquí desde Google Maps. Porque sí, se ve perfectamente. Incluso en algunos puntos se pueden intuir las hileras de minas que lo refuerzan a lo largo de sus más de 2.700 kilómetros de longitud.



Cuando este muro se elimine, si es que alguna vez ocurre, quienes hoy ven entre risas cómo un dominó gigante cae en la capital alemana querrán colgarse las medallas. Por ahora ni siquiera reconocen a la RASD; no querrán mancharse los zapatos con la arena de desierto.


Hace un par de semanas escuché a la Secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, en una entrevista en Onda Cero. Presumía de haber sido la primera política en visitar un campo de refugiados saharauis y alzaba la voz al apoyar una futura solución al problema. Eso fue todo. Hoy puede que sea ella la que aparezca ante las cámaras trasladando a todo el mundo la alegría del pueblo español al recordar la caída del muro de Berlín. Ni ella ni ninguno de sus colegas se acordará ya del otro muro.


Una sesión de cine en La Moncloa les puede venir bien.



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