miércoles, 22 de diciembre de 2010

¡Una hermosura!


Día de soniquete cansino, niños, bolas y dinero, mucho dinero. Hacía años que los piquitos y grandes cantidades que les han caído a algunos no eran tan necesarios. Hoy, más que otros 22 de diciembre, se han escuchado historias al límite solucionadas o, al menos, aliviadas por un tiempo. Le hacen falta, y mucho, estas alegrías económicas a la gente normal, a la que compra algún décimo con ilusión. Acaba para ellos de forma poco mejorable este 2010.

La crisis es lo que tiene, que no se termina de la noche la mañana. Despidos, subsidios que se acaban más temprano que tarde, hipotecas, embargos y, en unas horas, la lotería. Un niño canta tu número y otro te dice lo que te llevas. Y, ¡ala!, a tapar agujeros o socavones, lo que tenga cada uno. En euros o en pesetas, qué mas da, haces cálculos en apenas minutos y cuando te preguntan ya sabes perfectamente lo que vas a hacer con ese pellizquito. Ayudar a Fulano, pagar a Mengano...en general pocos caprichos.

Este año el azar nos ha demostrado que no hay números feos y que una médium puede adquirir más protagonismo que la ministra de Cultura o que los propios niños de San Ildefonso. Es lo que arrastra la locura del sorteo de Navidad. Y atrás se quedan los 20, 40, 60, 80 o 100 euros que se han gastado el resto de los mortales con la misma ilusión que los afortunados. Sí, ¡una hermosura, pero también un estrozo!

Cómo ha dicho hoy Piqueras, es casi imposible alejarse de los tópicos en un día como hoy. Y lleva razón. A quienes no nos ha sonreído la fortuna (algunos porque ni hemos echado) sólo nos queda esperar otro tipo de loterías fuera de esos bombos y decir eso de: “el caso es que tengamos salud”. Pues eso, ¡salud! ¡Y felices fiestas, con o sin dinero de más!

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