viernes, 20 de noviembre de 2009

La Vista Atrás


Hoy es el Día Universal del Niño, una fecha sin duda importante por lo paradójica que es: en una parte del planeta los más pequeños lo conmemoran en los colegios con actividades especiales que les hacen ser los protagonistas, pero en la otra no hay ni colegios ni mucho menos protagonismo. No se puede borrar la desigualdad de un plumazo, lo sé, pero quienes tienen más competencia para ello deberían actuar para eliminarla durante todos los días del año.


Pero este no es el tema que me interesa tratar hoy ni tampoco lo dejaré cuidando El Batiente durante el fin de semana. Quiero que de eso se encargue otro asunto: el 20-N. Es una fecha menos internacional pero sí muy significativa en España. Ya escribí sobre ella hace justo un año para otro blog, en este caso académico, y anoche lo recordé.; además, me ha dado el título para esta nueva entrada. Cambiando algunas fechas para actualizarlo y remitiéndome a otros artículos de ese mismo sitio web para contextualizar, aquí queda:


"Españoles..."


Hoy es 20 de noviembre y, como cada año, pocos son los españoles que no lo relacionan con lo que ocurrió tal día como hoy en 1975.



Treinta y cuatro años después aún hay quien piensa que es complicado, o prácticamente imposible, recordar la muerte de Francisco Franco sin criticarle, ya sea positiva o negativamente. En otro artículo ya se mencionó que la simple petición de un juez puede reabrir heridas bélicas y políticas en este país. Si eso es así, resulta obvio pensar que un día como el de hoy hace que las conversaciones sobre Franco, su participación en la guerra y el régimen que instauró, desemboquen siempre hacia uno u otro bando. No tiene por qué ser así.


Franco se mantuvo en el poder de la nación española durante 34 años (1939-1975) y desde el momento de su muerte se han publicado miles y miles de escritos sobre su influencia en el pasado, presente y futuro de nuestro país. Esa madrugada del 20 de noviembre supuso para muchos una auténtica liberación (física y/o psicológica). Pero para otros comenzó una nueva etapa en la que España no ha vuelto a estar tan “bien cuidada” como lo estaba con él en el mandato.


Los seguidores del caudillo conmemoran cada año su muerte recordando cómo trabajó por el bienestar del país. Con banderas falangistas y lemas en pro del cristianismo más conservador se reúnen en lugares simbólicos, como el Valle de los Caídos, en Madrid, donde también se homenajea a José Antonio Primo de Rivera.


Pero igual que se realizan celebraciones a favor de Franco, los contrarios a la ideología de su régimen también se dejan notar para evitar que algo así vuelva a repetirse. Muchos de ellos son jóvenes que no vivieron aquella etapa de nuestro país pero que, de oídas y, sobre todo, heredando ideas familiares, se posicionan firmemente a favor o en contra.

Quizás poco a poco, a medida que vayan avanzando las generaciones y quienes vivieron el franquismo desaparezcan, las heridas se cierren y la ausencia de recuerdos en primera persona hagan que los 20 de noviembre la memoria no monopolice los temas de conversación.



No hay comentarios:

Publicar un comentario